He sido una de las privilegiadas que
ha podido ver, por primera vez, en España; la exposición de David Hockney en el
museo Guggenheim de Bilbao. Nunca creí que trajeran 200 de sus mejores cuadros.
Hay que mirar detenidamente los
cuadros de Hockney porque llevan un gran mensaje subliminal, ya que consigue
que no tengas la sensación de estar mirando un cuadro.
Creo que la filosofía de Hockney
es plasmar en su pintura el movimiento que capta el ojo humano al mirar un
paisaje, por ejemplo.
No quiere que se limite a una sola perspectiva
porque cuando miramos cualquier cosa hacemos muchos barridos de cada detalle,
zona u objeto y esto nos proporciona muchísimos puntos de fuga y de vista
diferentes, más parecido al cubismo del que siempre ha sido un gran admirador.
Las fotos de los cuadros de
Hockney son maravillosas y es una pena que en esta exposición sólo había 4
postales diferentes de sus 200 obras. Menos mal que el catálogo:” David
Hockney. Una visión más amplia” es muy completo y recoge todos los cuadros de
la visita.
Los videos de Hockney pintando y
siendo entrevistado no tienen desperdicio y también son una obra de arte para
ver muchas veces!
Me ha encantado el libro “David
Hockney. El gran mensaje Conversaciones
con Martin Gayford ” tan ameno y que se
lee enseguida, aunque las fotos de los
cuadros son ridículamente pequeñas; casi hay que usar una lupa para apreciar
los detalles. Menos mal que lo importante es el contenido!
Casi siempre al salir de una exposición me pregunto quién es el
encargado de escoger las obras que se van a reproducir y vender y en qué
formatos. No me explico cómo, alguien con ese trabajo no tenga el criterio o la
necesidad de ofrecer lo que se ha visto en cada exposición de la mejor manera
posible.
Me parece que cualquier persona
con un mínimo de sensibilidad y criterio escogería más fotografías de los
cuadros que no está permitido fotografiar durante la visita y haría mejores
catálogos de estas exposiciones temporales tan maravillosas que solamente suele
haber en los grandes museos del mundo.
He podido observar cómo los
vigilantes de las salas de estos museos no se inmutan ni miran lo expuesto; y muchas
veces hemos comentado entre risas que los escogen aposta así para que no se
entretengan admirando las obras y puedan así vigilar sin distracciones!
A lo mejor es sólo mi punto de
vista, pero me hizo muchísima ilusión poder hablar con un vigilante de
seguridad que había coincidido personalmente con David Hockney cuando estaba supervisando
la colocación de sus obras y me contó que es el artista más simpático de los
muchísimos que han pasado por el Guggenheim; y que hasta le había presentado a
su hermana!
No me cabe la menor duda de que
David Hockney, además de ser un maestro de la pintura, tiene que ser muy
alegre; porque sólo un gran hombre como él puede representar las cosas mejor y
más bonitas de cómo son y puede transmitir
esa sensación (que sólo los grandes artistas que le han precedido tienen) de
que es facilísimo hacerlo como él.
No tengo palabras para expresar
las virtudes y conocimientos de David Hockney; pero he de decir que es de
admirar que un hombre con sus posibilidades, trayectoria y nivel de vida; se
haya tomado y se siga tomando las molestias de trabajar tanto, investigar,
aprender e indagar sobre cosas que a los demás nos pasan desapercibidas!
Cada
cuadro suyo es una lección magistral y tiene muchísimo trabajo detrás!
David Hockney tiene esa inquietud
tan maravillosa que sólo se puede atribuir a los grandes genios Renacentistas!
Os recomiendo encarecidamente que
la veáis si podéis. Yo pienso volver e iría todos los días!